Aunque muchas veces sea pasada por alto, una correcta hidratación es crítica no solo para los deportistas ocasionales y atletas profesionales, sino para todos.

La deshidratación de solamente el 2% del cuerpo puede tener un impacto negativo en el rendimiento, pues puede afectar negativamente la velocidad, las habilidades para la toma de decisiones, la percepción de la dificultad del ejercicio: es decir, el rendimiento general.  

Se deben consumir líquidos regularmente todos los días, para igualar la cantidad de líquidos que se pierden naturalmente a lo largo del día y cuando se suda.  El agua, las bebidas deportivas, el jugo cien por ciento de fruta, la leche, las frutas, los vegetales y las sopas son buenas fuentes de líquidos.  También se deben tomar líquidos regularmente durante el ejercicio, para igualar lo más cerca posible la tasa de sudoración.

Una forma fácil de evaluar si estamos obteniendo suficientes líquidos es a través del color de la orina.  Si ésta es del color de la limonada lo más probables es que se esté hidratando bien.  Si la orina es muy clara se puede estar hidratando en exceso, y si por el contrario, es más oscura (como un jugo de manzana) es muy probable que se esté deshidratando y sea necesario consumir más fluidos.

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